La artrosis es un problema degenerativo, es decir, que con el paso de los años, el problema y los dolores van aumentando. Desafortunadamente, el cuerpo no puede por sí solo detener ni curar este problema.
La artrosis está causada por depósito progresivo de calcio para proteger el cuerpo, debido a una restricción articular de muchos años. Cuando una, o más vértebras no mueven suficiente, provoca restricción articular, y entonces, una disminución del flujo de corriente nerviosa hacia las articulaciones provocando el deterioro de estas, lo que llamamos artrosis.
Debido a este deterioro en las articulaciones durante largos años, el cuerpo termina reabsorbiendo el líquido de las articulaciones inflamadas, dejándolas secas, sin movimiento y deformadas.
La artrosis provoca un dolor difuso, difícil de localizar en un punto concreto. Con el paso de los años, estos dolores se van localizando en las articulaciones que duelen, se inflaman, pierden fuerza y movilidad.
Pero, la quiropráctica ayuda a mantener una buena movilidad de las articulaciones para frenar el desarrollo de la artrosis, y reducir el dolor.
El tratamiento quiropráctico se enfoca en identificar y corregir subluxaciones vertebrales, es decir, desajustes en las vértebras de la columna que interfieren con el sistema nervioso. Así, durante la primera consulta, buscamos el origen de esta artrosis, y encontrar las articulaciones que no mueven correctamente.
La quiropráctica no quita la artrosis, pero ayuda a mantener una buena movilidad de las articulaciones y buena corriente nerviosa para limitar el desarrollo de la artrosis en la articulaciones. También, tener artrosis, pero sin dolor para que pueda disfrutar de su vida al 100%.